impulsadas por el pedaleo
y los paisajes se van descubriendo
de lado y lado de la carretera.
Respiro el aire fresco
aunque no me ayude el viento
pues me impone más esfuerzo
para llegar al destino
que aún no conozco.
La libertad entra por los poros
mientras el sol me acompaña en el camino
dándome ánimos y bríos
entusiasmado en seguir adelante.
Pasan pueblos y ciudades
al ritmo de mi esfuerzo,
edificios, casas y sembrados
haciendo que poco a poco
se vayan abriendo los campos
en un verde esperanzado
de una muy buena cosecha.
Habrá pan en la mesa,
los niños en los patios jugando
y yo montado en mi bicicleta
voy viviendo el sueño
conque siempre he soñado
de tener la vida en mi mano
y disfrutarla como una gran fantasía.