Quizás la música
que me acompaña
produce esa ansiedad
en el pecho y en el alma.
Y ansío esas caricias
que quedaron flotando
y los besos
que no saciaron mis labios
y sobre todo, tu presencia
diciéndome que me amas.
Y te acaricio,
así, en la nostalgia,
sumido en los recuerdos
aunque se que un día
volveré a tenerte
entre mis brazos.