domingo, 15 de enero de 2017

Cántaro

No es el amor
el que se entrega con los cuerpos
pues la piel es el contacto
con que se entrega el alma.
Y la recibo de ti 
en tu mirada
y en ese abrazo profundo
que todavía siento.
He naufragado
en la inmensidad de tu espíritu
y absorbido la ansiedad
de tu angustioso gemido.
Me he sentido navegante
en ese mar de sentimientos
disfrutando cada gesto
de ti, hermosa amante,
desprendiéndote de pudores,
de penas al desahogarte.
Y feliz he sido yo
el que con fortuna pudo ser
el cántaro de tu alma.
Daniel Valdman