hacen la vida
como tu mirada en la mía
irradiando sentimiento
o recostándote en mi pecho
sin querer quedarte dormida.
Preparar el alimento,
tener la mesa servida
y compartir la oración
al iniciar la comida.
Relatar una historia
o los sucesos del día
sazonando la alegría
de disfrutar que estemos juntos.
Son millones de detalles,
pequeños, casi insignificantes
que nos llevan a querernos,
a amar esos instantes
y que mucha falta nos hacen
cuando la distancia nos separa.
No soy yo quien los busca
ni eres tu la que los hace.
Somos ambos que creamos
una vida inseparable
sostenida por el romance
en cada uno de esos detalles
con una caricia o un beso
y muchas veces,
con una mirada es bastante
porque todo es importante
inclusive en el silencio.
Y cada noche que te abrazo
protegiéndote del frío,
doy gracias a los Cielos
el compartir la vida contigo.
Daniel Valdman
