o cuando apoyas la cabeza
en mi hombro
deseando la caricia cálida
y recorro tu espalda
apretando tu cuerpo al mío.
El amor está en tus gestos
aún con pudores
que no superas
porque te sientes niña
entregada a mis brazos.
Y a pesar del tiempo
que nos amamos,
la aventura de entregarnos
sigue siendo un paraíso.
Y amo tus encantos,
tus pudores y ansiedades.
Amo tus silencios,
tus gemidos, tus suspiros
y la ansiedad de que te ame
con el cuerpo y con el alma.
Daniel Valdman