revolotear por mis fantasías
mientras con las palabras
fabricamos sueños,
es el diálogo perfecto
que puede haber
entre dos almas.
Y yo contigo sueño
en un valle de primaveras
donde la pasión espera
a florecer en su momento
mientras las caricias se toleran
juntamente con los besos
en este juego del romance;
del sentimiento que nace
como si fuéramos adolescentes,
reteniendo las ansiedades
para que no sea tan evidente
la necesidad que tenemos de abrazarnos.
Y eso, también es amor.