tener millones de argumentos.
Inclusive un te quiero
puede quebrar el alma.
Pero jamás podrán llegar
donde llega la caricia entregada.
El roce suave de la piel,
entrecerrar los ojos en la mirada
y el palpitar intenso que se desata
en un torbellino de emociones.
Ese sin fin de sensaciones
imposibles de explicar
hace que el amor de verdad
cree nuevas ilusiones.
Otros universos, otros mundos
que a pesar de ser mudos
no necesitan explicaciones.
El diálogo de los cuerpos
llevan a otras dimensiones
donde no son ni piel ni huesos.
Ya son seres etéreos
convertidos en almas.
