domingo, 21 de enero de 2024

Imagen

La imagen lo desvela
y cada vez que la piensa
otro detalle le agrega.
Más anchos los labios,
más erguida la cabeza.
Profundidad en la mirada
y una sensación de ansias
para ser liberada de la piedra.
Los brazos extendidos
como saltando al vacío
o como iniciando un vuelo.
Y tomando el cincel y el martillo
con amor inicia su tarea
extrayendo de la piedra
el ser que ella encierra
y que hace sacudir su alma.
Porque lo que el artista talla
no solo vive en su conciencia
sino en sus manos, en su espíritu
en su destreza
creando la obra más bella
que jamás nadie haya imaginado.
Y cada noche que pasa
se sienta a su lado
compartiendo soledades y sueños,
con cada golpe del cincel y el martillo
detallando los rasgos
quizás de un amor vencido
o del que está descubriendo
en su delirio.
Y cuando cree haber terminado
un detalle lo incomoda.
Entonces, poniéndole corazón a la obra,
cincela un par de alas
para que no se sienta sola
y así juntos inicien el vuelo.
Daniel Valdman.