tus cabellos
creando una corona
de sentimientos
pues eres reina
en mi universo
y guardiana celosa
de mi alma.
No cabrán las palabras,
solo caricias y besos
y el silencio
que se guarda
será el testigo
de un amor eterno.
Serás la dueña
de este reino
que quizás, realmente,
no tenga mucho espacio.
Ha de ser tan grande
como nuestro lecho
donde ambos cuerpos
junten sus corazones.