que con su perfume ilumine tu rostro
y tiña con su color las fantasías.
Que tenga la magia todos los días
de alegrarte el sentimiento.
Que calme las penas,
que fabrique sueños
y que de cada capullo sientas
las caricias que en el ramo entrego.
Y cuando te entregues a mis brazos
no te haré el amor,
pero te amaré más que nadie.
Será mas fuerte el espíritu que la carne
y tendrás sensaciones
que solo el alma puede darte.