es el que atormenta
el no poderte ver
ni tenerte cerca.
La luz de tu alma eterna
ilumina el sendero
que en silencio,
casi ciego,
sigo buscando
a tu encuentro.
Estás allí,
entre las caricias
que te esperan,
en el vendaval de sueños
y en las ansias de la mente.
Si, quiero tenerte
pero con la pureza del alma.
Y por ello,
espero que estos versos
te lleguen
como caricia del amor
que por ti siento.