Mi amor es sincero
y si aveces me equivoco,
soy humano, lo lamento.
Y si no te trato como princesa,
discúlpame, pero eres la reina
de todos mis sentimientos.
Y si bromeo de tus dolencias
es para ver tu sonrisa
y así alegrar mi espíritu
sabiendo que la alegría
también sana y cicatriza
los dolores del alma.
No, no te quiero convencer
porque soy súbdito de tus encantos
y esclavo de tus caricias
pues le das sentido a la vida
transformando desiertos en jardines
con rosas, margaritas y jasmines
poniéndole perfumes y colores a las sombras.
Robando relámpagos a las tormentas
convirtiéndolos en aves
que trinándo con los truenos
forman orquestas universales
mientras la magia de tu abrazo
derrite mi alma
y el agua que cae del cielo
nos hace bailar bajo la lluvia.
Daniel Valdman.
