martes, 29 de agosto de 2017

Espíritus

No se cansan mis manos
de acariciarte,
recorriendo cada surco,
metiéndose en cada valle
regocijándome que sientas
el poder de tanto cariño.
No se cansan mis oídos
de escuchar tus gemidos
permitiendo que el placer
cubra todos tus sentidos
con la caricia que te doy
salida desde el alma.
El silencio florece
con toda su fantasía
haciendo que el universo
tinte de colores este paisaje
que solo tu y yo habitamos.
No hay mas nadie,
ni personas ni naturaleza
porque toda esta belleza
del amor que nos damos
queda encerrada en este cuarto
donde solo viven los espíritus.
Daniel Valdman