que mi mano te sostenga.
Que la palabra en ti encienda
el valor y coraje del hombre
que ante la adversidad se impone
siempre seguir adelante.
No faltarán las tormentas,
ni los vientos, ni huracanes,
pues la vida está hecha
para conseguir nuestras metas.
Los obstáculos son la fuerza
para mostrar las capacidades
sin perder la esperanza
siguiendo siempre adelante.
Porque ese es el rumbo fijado
sin izquierdas ni derechas.
Sin retroceder un paso,
sin voltear la cabeza.
Estoy contigo en esta senda
porque también es mi rumbo,
sin egoísmo alguno
pues es el mismo destino,
cruzando mares y abismos,
de mantener en vilo la vida.
Ya vendrán las alegrías
que buscamos en este camino.