Te miro. Veo en ti el tiempo que nos ha pasado y me siento orgulloso que tu, estés conmigo. No es la felicidad de tenerte, de amarte, de acariciarte. Es el sin número de motivos que nos hace estar unidos y seguir la vida adelante. Recorro tu espalda con las caricias mas profundas para que sientas de mis palmas toda la infinidad de cariño que en el alma llevo guardada. Te abrazo, te aprieto, te beso compartiendo el sentimiento de cuanto me haces falta. No es pasión ni deseo. Es solamente el amor que yo te doy y tu me regalas.
Nos recibirá la playa que tanto nos conoce y en su alegría hará más suave la arena. El mar como bienvenida nos regalará su mejor sinfonía e iluminará con espumas el aire que lo rodea. Estará feliz la Naturaleza de encontrarnos nuevamente como una cita planeada en el mismo tiempo, en el mismo ambiente. Porque el amor, siempre se espera y es lo que llevamos donde quiera que fuera. Se hincarán las flores al paso de tu presencia y rebosarán los colores para darnos la hora buena de volver a la playa de siempre, con el mismo mar, con la misma arena a compartir nuestro romance eterno.
Pienso en ti y se ilumina el día. Los surcos de la vida se abren ante el sentimiento y el corazón se entibia con tu imagen en el recuerdo. Se que estarás entre mis brazos llenado mi cuerpo de caricias mientras escribo las poesías jamás nunca dichas en la suavidad de tu piel. Pienso en ti y me haces falta como la musa soñada, como la mujer mas amada que haya existido en el universo. Porque tu llevas mi sentir y con ello, mi alma.
Dibujarán las nubes nuestro sentimiento porque hasta allí llegará el amor que nos tenemos. Marcarán con colores las imágenes que realicen y volarán por el mundo contagiando nuestros sentires. No se cómo harán las caricias ni los besos, ni las miradas. Pero donde quieran que vayan crearán muchas sonrisas. Porque la felicidad de tenernos ya no cabe en el espacio. Y al hundirme en tus ojos, me hago nube, me hago ángel, me hago alma para que me sientas dentro tuyo como yo te siento.
Desprendete de todo, no te quedes con nada que desnudos en la cama solo acariciaré tu espalda. Deja que me inunde en el fulgor de tu mirada y si quieres, cierra los ojos para liberar el alma. Quítate todo, no te quedes con nada. Abandona las asperezas de la vida cotidiana. Renuncia al dolor, a los recuerdos, a las penas acumuladas y deja que mi espíritu te invada. Siente el calor de mi cuerpo acariciando la piel que te cubre y entrégate al placer que regalan los sentimientos. No, no es solamente que te deseo, es simplemente, que te amo.
Así como la lluvia baña la pradera, así debo regar el jardín del sentimiento. Abonar con cariño su esencia en cada palabra, en cada gesto. Quitar las malezas que lo atacan, separar las hojas secas que ya han cumplido. Alegrar el jardín con flores nuevas cuando las viejas hallan hecho su ciclo. Renovar cada beso. Suavizar cada caricia. Crear nuevas sonrisas y tener el oído atento. Hacer una pausa cuando se necesita silencio y dejar que el amor, en este jardín de sentimientos, siga creciendo. Porque, al fin y al cabo, es la vida.
Iba rellenando la vida con las piedras del destino, amenazado por cielos de nubarrones y tormentas cargados. Andaba luchando por cada paso hasta que un claro de luz iluminó el sendero. Y me encontré con el jardín de tu sentimiento. Una caricia en cada flor. Un sol en cada beso. Un universo de colores y un futuro infinito regalándome todas las fantasías con cada rayo de tu sonrisa. Ya no quiero salir de este camino. Deseo recorrer el mundo de tu mano y seguir compartiendo lo que sentimos. Porque juntos hacemos el porvenir de la vida. Y desde allí, desaparece el pasado porque solo nos queda seguir amándonos. Y soy feliz.
Sueño contigo. Si, que vamos caminando por los senderos del otoño cogidos de las manos haciendo crujir hojas secas. La sensación de felicidad flotando en el ambiente creada por la alegría de tenernos. No se escuchan palabras en el sueño ni tampoco se sienten caricias. Quizás una que otra mirada pero la sensación es que vamos juntos al infinito. Es maravilloso soñar contigo y mejor aún, cuando te tengo presente y dejas de ser un sueño.
Cambia el tiempo con tu sonrisa. Despejan las nubes como si te temieran y brillan fulgurante los colores de la vida que nos espera. Eres tu, magia auténtica, que me hace ver la vida bajo un marco de fantasía o de realidades inconclusas. Pones el toque del artista en cada mirada, en cada caricia y el mundo se detiene para poder disfrutarte. Ángel de mis sueños, razón de mis sentimientos, cómo no poder amarte si toda tu, eres vida.
El cielo triste acompaña mi nostalgia sumergiéndome entre el calor de tu cuerpo y la dulzura de tu alma. Es intenso el recuerdo y brotan las caricias y las miradas en palabras no dichas, con la única música del agua que acompaña mi nostalgia y las ganas de tenerte.
Los vientos del sentimiento producen arrebatos a mi espíritu acabando con la paciencia. Te quiero entre mis brazos para iniciar una vida nueva y llevarte a las fantasías de paraísos universales. Que me acompañes a recorrer cada uno de sus colores y aspirar el perfume de sus flores entre trinos de aves que nos vuelan. Deseo que seas mi compañera en un hermoso viaje comandado por las miradas y caricias que al paso nos vayamos dando sin tener ningún reparo en arriesgar nuestra historia. Lo pasado, pasado y por ello te invito a compartir mi desespero de hacer un mundo nuevo entre mi amor y tus sonrisas.
No me preguntes. Déjate sentir y abraza mi cuello para saberte amada. Permite que las sensaciones actúen por si solas e invadan tu cuerpo y tu alma. Disfruta la caricia. Goza la palabra que cada una a su manera expresan cuanto se te ama. Acepta la libertad del sentimiento que te invada y navega conmigo en el mar de la pasión, del cariño, entre tormentas de ardor y paraísos de calma. Permite que te ame. Permite ser amada. Sin preguntas porque el amor es la respuesta.
El cielo despejado me deja ver las estrellas y navego por tu cariño mientras la jornada recién empieza. Hoy he de labrar la tierra y en cada terrón que de ella mueva, habrá una caricia tuya impulsando los sueños de una mejor cosecha. Porque tu, eres naturaleza que labro con mis manos, con el sudor de la paciencia, con el espíritu aunado al fragor del músculo y de la conciencia. Es tanto lo que te amo que las flores crecerán con el color del sentimiento.
Hay veces que se ennegrecen los cielos de la vida entonces, busco tu imagen porque ella me reanima. Seguir adelante, ese es el motivo porque tu amor me impulsa, me hace sentir vivo y con mas ahínco voy en busca del destino. No hay luz mas brillante que la de tu cariño transformando los desiertos que agotan al alma en jardines de ternura, de bellezas, de fantasías. Y es así, querida mía que contra truenos y tormentas te sigo amando.
Creo en ti. En la pasión profunda que siento de tus besos. En la palabra oculta que esconden tus silencios mientras gozas cada caricia. En la mirada tímida cuando tienes un deseo y en el candor de tu sonrisa cuando te sientes libre. Creo en ti en el sentimiento cuando cantas o cuando enhebras con las manos fantasías casi imposibles. Cuando pones la mirada en algún perdido detalle y encuentras en él toda una obra de arte. Cuando te levantas regalandome el placer de ver tu espalda y sentirme complacido de amarte. Cuando caminas por la casa desordenando el orden que no existe y buscándole alegría a la existencia. Creo en ti porque has decidido compartir conmigo la vida.
Recostado en la cama, mirando el techo con las manos en la nuca, me alegro con tu figura que recorre la fantasía. Los momentos compartidos que traigo de los recuerdos que me hacen sentir tu aliento a pesar de la distancia. Es que este tiempo que nos separa me hace dar cuenta que sigues conmigo, que aún siento tus caricias, que todavía disfruto tus besos, que me alegra tu sonrisa aunque siga mirando el techo y esté solo en la cama.
Me enamora tu mirada que no es solamente una, son muchas. Cuando cuentas tus historias, se cubre de nostalgia. O se llena de fuego cuando hablas de injusticias. Se empalaga de ternura cuando afloran los sentimientos o cuando te pido que cantes se pierde en la distancia quizás queriendo hallar algún lugar que no existe. Me enamora tu mirada cuando se carga de rosas con la sonrisa o cuando cierras los ojos en el climax que llega a su límite. O cuando te digo que te amo y se llenan tus pupilas de corazones. Me enamora tu mirada porque está en ti.
Toma mi mano, no tengas miedo. Te invito a recorrer la aventura de conocernos. Crear nuevos sueños, inventar otras fantasías. Sentir que la vida nos regala sus bondades y zambullirnos en los vientos que arrasan sentimientos. Toma mi mano, no tengas miedo, hagamos que nuestro amor cubra todo el universo.
Sueño contigo que estás entre mis brazos y cuando lo estás verdaderamente, creo que es un sueño, porque es tan grande el sentimiento que me cuesta creer en la realidad. Todavía mantengo la dulzura de tus besos rozándome la piel, buscando mi deseo y la desesperación del alma por querer abrazar la tuya. Es tanto lo que te quiero que se me confunde lo verdadero con lo incierto. Y por ello, cuando compartimos el lecho, no se si es realidad o el mas hermosos de los sueños.
Si la vida me pidieras, te la daría. Pero entonces, cómo te amaría? Cómo poderte crear sonrisas? Cómo entibiar tu piel si ya no estaría? Pídeme amor que es lo que tengo. Ahí llevo las caricias para alimentarte el alma y el oído atento para escuchar tus palabras. No me pidas la vida, pídeme sentimiento.
No somos mas que nuestros defectos y virtudes, nuestros aciertos e inciertos. Las dudas que tenemos y las ansias por lograr. Pero en esta infinidad de personas con que estoy hecho, al fin soy un manojo de sueños con una sola realidad, el sentimiento que por ti tengo. Porque es el que me lleva, el que me impulsa. El que no me hace temerle al mañana porque tu amor es el motivo de mi lucha, diaria, cotidiana, contra los dragones que atacan al cariño. Y por ello, te amo mas porque me siento el príncipe que te rescata de las garras en un mundo sin compasión. Y eso, eso es amor.
Las mariposas de tus suspiros vuelan en libertades mientras los pétalos de las caricias alimentan el jardín de la piel. Llena de colores el arco iris nuestros besos y la pasión con sentimiento baña el encuentro de las almas. No es amor. Es la realidad infinita de la vida que a cada paso negamos con preocupaciones que no existen. Que inventamos torturas obligándonos a olvidar que fuimos creados por cielos, por universos plenos de cariño, de comprensión, de paz. Y aquí, en este instante, mientras tus suspiros vuelan al compás de caricias que los hacen estallar, volvemos al paraíso donde fuimos creados.
Cuántas flores hemos cortado en el jardín de la vida? Cuántas piedras pateamos en las sendas del destino? El tiempo pasa y las experiencias quedan. Y por eso estoy a tu lado, porque ellas me enseñaron que el amor debe ser sincero, audaz, libre, eterno y así es como te quiero. Con la honestidad que me fuerza el sentimiento. Con la voracidad a la que me somete el deseo. Con la libertad de expresar lo que siento sin medidas, sin espacio, sin tiempo. Y te amo con todo esto que me regala la sabiduría de mi historia.
Cómo no quererte si ocupas cada porción de mi pensamiento. Cada ilusión, cada fantasía y cada uno de los sueños que tengo en el futuro. Con solo una caricia puedes cambiarme el mundo y me convences con la sonrisa que me hace ver nuevos cielos. Cómo no quererte si me haces sentir que la felicidad tiene sentido. Que con el simple echo de estar presente iluminas las tinieblas que pueden haber en mi sentir y haces fulgurar la belleza de la vida. Cómo no quererte si a tu lado he aprendido a vivir. Daniel Valdman
Es tan suave tu cariño que con solo pensarlo se entibia la piel y se estremece el alma. Disfrutar de ese sentimiento te hace tan grande en mi sentir que ya no concibo la vida sin que estés a mi lado. Es cierto, te amo y eso hace que el amanecer brille diferente. Que la oscuridad de la noche se transforme en verso y que el candor de la caricia esculpa otro futuro. No miro el mundo por tus ojos. Es que tu, me haces ver la vida.
El calor de tu cuerpo no calma la sed que de ti tengo. Al contrario, incita mas mis ansias y me hace amarte con mas pasión, con mas deseo. No cubren tus caricias los caprichos de mi alma porque me llevan a mundos de los que no quiero regresar. Es tanto lo que contigo siento que parece de verdad un sueño donde la realidad desaparece. Y ahora dudo si la vida es lo cotidiano o son esos momentos.
Quédate, no te vayas. Deja que tu perfume invada el ambiente y que tu voz se grabe en las paredes para que en tu ausencia te siga queriendo, como ahora, entre mis brazos, y continuar enredando mis caricias en tu cuerpo. Quédate, aún no te vayas. Deja que se impregnen mis sentidos para que el dolor de extrañarte no sea tan real ni profundo. Porque al alma le bastará recordarte para llevar a la piel la sensación de tenerte y los escalofríos de la emoción quebrarán la nostalgia. Quédate, no te vayas. Regálame una ilusión mas para seguirte amando.
No eres un sueño, eres realidad, y quizás la mejor realidad de todos los sueños. Porque siento tus caricias y viajo a otros mundos donde la piel se deshace y el espíritu sale para convertirse en sentimiento. Y eso, no es un sueño, porque el sabor de tus besos es tan real como los besos que te entrego y las emociones que compartimos. Como tu abrazo fuerte que me aquieta pidiéndome que no me vaya, que me quede a tu lado de forma eterna y que este momento que pasamos, jamás se detenga. Es tan real como las manos conque se aferran las almas.
Está en la palabra decir cuanto te quiero pero mas está en el silencio de tu caricia callada. En ella me dices cuanto me amas y en los ojos la pasión que vibra en el sentimiento. Son tus labios, son los besos y también las miradas conque nos cruzamos en este mar de ansiedades entre mente y corazones. Las ilusiones que inventamos, los sueños que concebimos. La vida que creamos a partir del cariño y la ansiedad de tenernos apretando juntos los cuerpos liberando las almas para que se apropien del universo. Jamás alcanzará algún verso para decir de verdad cuánto nos amamos.