martes, 19 de noviembre de 2019

Vida

Me quedé mirando mi rostro
detenidamente
y no era el mismo
del que tenía en la mente.
Una persona añeja
por el paso del tiempo
con una historia
en cada uno de sus pliegues.
Me costó reconocerme
y sin embargo,
vi que he vivido
y que los cambios sufridos
fue por hacerlo intensamente.
Los pétalos de amor
que he repartido
llegaron a los puertos
donde los han recogido
y de alguna manera
me prolongan los días.
Y estás tu, amor mío,
para quien guardo 
el mejor ramo
del jardín que hemos florecido
Porque a pesar
del tiempo transcurrido
tu me amas y yo te amo.
Daniel Valdman