jueves, 29 de marzo de 2018

Enseñanza

El cuerpo que me brindas
para que lo ame, 
para que lo talle,
como el escultor cincela
la más preciada de sus piezas,
pero haciéndolo con caricias
que más de pasión,
son de adorar la belleza.
La pureza de tu entrega,
el abandono a mis deseos
que más de darme un cuerpo,
me entregas toda el alma.
Y es esa la mujer que amo,
la que confía en mi
y me da fuerza
para que en el sentimiento aprenda
el motivo de la existencia,
que justamente es ese,
el de crear la vida.
Daniel Valdman