y me atacó a mansalva.
Sin piedad se apoderó de mi cuerpo
casi sin dejar espacio
a que respirar pudiera.
Me tomó por la nariz,
inutilizó mi garganta
y los músculos doloridos
no opusieron mayor resistencia.
Me arrancó la voluntad,
me tendió en el lecho
y en cada movimiento
hacía notar su fortaleza.
Los escalofríos me impedían
pensar con sabiduría
para encontrar la experiencia
que me libere de este tormento
al no dar luz al pensamiento
y así encontrar una respuesta.
Su ataque por sorpresa
me dejó sorprendido
inutilizando los motivos
haciendo inutil mi existencia.
Y así la gripe férrea
dominó las ideas
que quizás pude haber escrito
en un nuevo poema.
Daniel Valdman.
Me atacó igual que a usted, Poeta. Sin misericordia.
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