regando los sentimientos
que invaden nuestros espíritus.
Ansío tus caricias,
me ahogo en tu mirada
sintiendo que en el pecho estalla
una pasión desmedida.
Pienso en ti a cada instante
y no hay cosa que haga
donde no estés presente
haciendo juntos un mejor mañana.
Eres mi fe, mi esperanza
y estando entre tus brazos
la rebeldía de mi brío se calma
entregándote todo lo que siento.
No, no es el placer de los cuerpos;
es la libertad de las almas.