Vino

Ya están hinchas
las uvas en la parra,
todas apretujadas
en racimos brillantes
pidiendo que se cosechen
para elaborar el mejor vino.

Se usará en brindis infinitos,

compartiendo la tertulia

o quizás en solitaria aventura

tratando de encontrarse a uno mismo.

Acompañará recuerdos,

los mejores momentos

que su sabor traiga al pensamiento

reviviendo con ellos

épocas remotas

sintiéndolo en la boca

evocando el alma.

Se bendecirá este vino

con miles de historias

desde la mano que cosecha

con la primera sepa

hasta llegar a la botella

y el paladar haga el resto.

Será preámbulo de amor

compartiendo los tragos

uniendo los cuatro labios

en pasiones intensas

mientras la caricia fresca

baje por la garganta

dejando que los sueños

se conviertan en realidades.

Y las prendas desparramadas

sin orden absoluto

serán testigos que en el lecho

se encuentren los cuerpos desnudos

y viéndose a las caras

tras la pasión consolada,

le echarán la culpa al vino

que aún se encuentra

colgado en la parra.

Daniel Valdman.

Tormenta

De nada sirven

los dolores del alma

más que para recordar

los momentos felices.

Aquellos en que las tormentas

eran la música del romance

y se perdían los truenos

entre gemidos y besos.

Hoy, la nostalgia que la lluvia trae

deja mis manos vacías

tratando de encontrar en ellas

un mechón de tus cabellos

o el calor de la caricia

entre tantas que la pasión regalaba.

La ausencia y la distancia

son espinas agudas

y mientras la mente rememora

las lágrimas del corazón caen

sin haber alegría que las detenga.

Pero se que algún día

el tiempo volverá a encontrarnos

mirándonos de frente bajo un paraguas

y la ansiedad en los labios

amándonos entre caricias

y tomados de la mano

daremos los primeros pasos

para festejar juntos esta tormenta.

Daniel Valdman.

Amor

Hay veces
que no es bastante
pues mis brazos
no se cansan de abrazarte
ni mis manos de acariciarte
ni mis labios llenándote de besos.

Es tan grande tu belleza

que me domina como quiera

y me convulsiona el alma

que el solo mirarte no me alcanza

y necesito sentirte, tocarte,

ser parte de ti

aunque tu seas mi mejor parte.

No, no me alcanza con solo amarte

y si me preguntases qué pretendo,

no sabría qué contestarte

pues pretendo todo,

que la vida a tu lado

jamás se acabe

y que seas feliz, feliz

de que yo así te ame

sin más nada pedirte

que solo, tu también me ames.

Daniel Valdman.

Cuarto

El mundo no ha cambiado
aunque ayer me haya ausentado
y escondido mis letras,
la guerra sigue matando,
el hambre acumulando
y el amor sigue soñando
en que mejorará la vida.

No hay como tus caricias

para hacer de mi un hombre sano,

con la sonrisa en los labios

y la esperanza en el futuro.

Sentir el calor de tu alma

en cada una de las palabras

que con cariño me cobijan

haciéndome creer en el mañana

donde en la huerta de los sueños

crecerán frutos nuevos

y en el jardín de los anhelos

florecerán entre caricias y besos

los capullos del sentimiento

y guirnaldas de primaveras.

Los soles del destino

iluminarán nuestro camino

y en cada paso que demos

la aventura crearemos

disfrutando los paisajes

del amor que nos tenemos

sin salir de nuestro cuarto

que será para nosotros

el mundo entero.

Daniel Valdman.

Cordura

Necesitaba tu abrazo.
Las locuras de la vida
me llevaron a estar desesperado
ansiando encontrar el puerto
donde amarrar el barco
en el que naufraga mi espíritu.

Cruentas son las oleadas

donde se bate el pobre casco

que soportó mil tormentas

y ya se encuentra cansado

suplicando un descanso

tras haber luchado tantas guerras.

El devenir cotidiano

tratando de hallar el sustento

en un mundo tan incierto

hecho con verdades a medias

despreciando la conciencia

de que esta tierra es de todos.

El poder, el dinero

bombardean mi cerebro

sin encontrar respuestas

antes estas pobres fuerzas

que pueda expresar en mis versos

para que sean más honestos

los gobernantes y los gobernados.

Y se sigue hundiendo mi barca

en la locura de la vida  

y por eso necesito tu abrazo

que me sirva de salvavida

dándome cariño y energía

cuando ya estoy perdiendo la cordura

y me haga sentir

que no estoy tan loco.

Daniel Valdman. 

 

Remembranzas

Si pretendo volver

me encontraré

conque todo ha cambiado.

Las calles, los paisajes.

Los lugares que frecuentaba,

las gentes, el idioma.

Y hasta el café que soportaba

las penas que cargaba

quizás ya haya desaparecido.

No creo que exista 

alguno de los vecinos

porque ya eran mayores

en el momento de mi partida

y las niñas bonitas

que en el barrio vivían

ya serán madres, quizás abuelas

imposibles para mi identificarlas.

Si, porque el tiempo pasa

y yo también he cambiado.

Y es imposible volver al pasado,

a los lugares que solo viven en el recuerdo

pues me imagino que ya no están

absorbidos por el progreso.

Y las nostalgia que llevo encima

son parte de la historia

que llevaré en la memoria

cuando mi partida

ya no tenga regreso.

Daniel Valdman.

Cosecha

Hemos hecho un jardín.
Juntos cultivamos las semillas,

vimos crecer los troncos
y abonamos la tierra con caricias.

Las regamos con nuestros labios

en cada beso apasionado

o con las miradas furtivas

cargadas de alegría 

tratando de descubrir

si el otro nos miraba.

Cultivamos el jardín

entre lluvias y tormentas,

ente sequías veraniegas

buscando las primaveras

fabricadas en nuestros corazones.

Y hoy lo tenemos

repleto de frutas y flores

con caricias doradas,

miradas enamoradas

y un amor intenso y fuerte.

Daniel Valdman.

Por ti

Para olvidarme del mundo

busco tu abrazo

y la suavidad de tus manos

que con el perfume de tus cabellos

me transportan a otro universo

de paz, de calma, de sosiego

donde el amor, gana todas las batallas.

El dulce de tus labios,

la comprensión en tu mirada

que borran todas las palabras

sin siquiera decir nada

y a la vez, diciéndolo todo.

El silencio, idioma de los ojos

desnuda el alma en sensaciones

que no puedo contarlas

porque estallan en el pecho,

muy difíciles de dominarlas

inquietando las manos

transformándolas en caricias.

Y simplemente, al rozar tu cara,

siento la suerte que he tenido

al cruzarnos en el mismo camino

para crear juntos la vida.

Daniel Valdman.

Andar

He dejado muchos pasos en el camino

y todavía tengo fuerzas

como para seguir andando.

A veces caminando seguro,

otras, un poco tambaleando.

Tratando de mantener el sendero

para no estar equivocando

y no tener que volver

por donde ya he pasado.

Y a pesar de desprenderme de cosas

mi equipaje cada vez es más pesado,

porque el tiempo pesa

y aunque sea rica la recompensa,

hace que cada paso sea más lento.

A los veinte años

el mundo pedía ser andado.

Adueñarse de los paisajes,

ser el capitán del propio barco,

con miles de aventuras

para ser conquistadas

sin importar los riesgos

porque siempre habría un mañana.

Pero el mar de la vida

ya lo he cruzado,

en él he naufragado

y he salido respirando,

muchas veces desesperado

y otras, con la calma 

de haberlo disfrutado.

Todavía no se

cuál será mi destino

pero sigo navegando 

aunque el tiempo 

cada día sea más pesado

y sea más difícil

enfrentar las tormentas.

Pero justamente, esa es la meta

dar un paso tras cada paso.

Daniel Valdman.

 

Se fueron

Se negó la tecnología

a prestarme hoy sus servicios.
Quizás cansada y aburrida
del que escriba
siempre sea el mismo.

No encendía la máquina

donde redacto mis escritos

y los poemas abatidos

tristes por no expresarse

golpeaban las teclas con esmero

y a la vez, rogando al cielo

que este problema 

pueda solucionarse.

No pudieron convencer

a la ausente energía

ni siquiera las rimas

que se vistieron elegantes

y esta, muy desplicente

no se hizo presente

sino hasta este instante

en que los versos se han ido,

por las rimas seguidos

vaya a saberse a qué parte

y lo peor de todo

es que la inspiración

también ha desaparecido.

Daniel Valdman.

Amanecer

Amanecí con un te quiero

en los labios

mientras miraba como dormías.

Controlé la intención de darte un beso

para respetar el sueño

en el que estabas sumergida

que debería ser muy bello

por tu respirar tan lento.

Despacio enfrenté la madrugada

dejando las cobijas dobladas

para que no sientas mi ausencia

al venir a escribir un poema

que dibuje una sonrisa en tu cara

y un estallido en el pecho.

Vine a contarte el te quiero

que quedó entre mis labios

en la madrugada de este verano

tras haber pasado juntos 

tantos inviernos,

tantos sueños compartidos,

tantas ilusiones en el tiempo

que se hacen realidad 

en cada abrazo, en cada beso

o en el silencio de tu sueño

del que no quiero despertarte.

Quizás sueñes conmigo

mientras no me canso de mirarte

y se me escapan las rimas

y con ellas los versos

con que traté de contarte

el poema de un te quiero

que quedó entre mis labios.

Daniel Valdman.

Manera

No puedo quererte más
que de la manera en que te quiero
con tus cabellos entre mis dedos
y tu rostro recostado en mis manos.

Con tu perfume enamorando

cada uno de mis sentidos

y aspirando cada suspiro

tras haber logrado que se te escape.

Sintiéndote en la piel

hasta llegar a los huesos

pensando que sin ello

no podría estar en esta vida.

No, no puedo quererte

de otra manera como te quiero

pues te llevo en el pensamiento,

durante el quehacer diario,

en cada uno de los sueños

que siempre sueño 

contigo a mi lado.

y que cuando estás conmigo creo

que tu presencia es un sueño.

Tus ojos, tus silencios,

la voz que tienes cuando hablamos

que me obliga a estar enamorado

más que todo, de tu alma.

Y a pesar que intente

expresarte mejor mis sentimientos,

me doy cuenta que no puedo

quererte más de lo que te amo.

Daniel Valdman.

Versos

He de escribirte un verso

que sentirás como un beso

que te llegue al alma.

Una flor en cada palabra

rimando con las caricias

que mi espíritu deposita

en cada gesto de tu cara.

Recibirás el sentimiento

que mi corazón guarda

para entregarlo en cada línea

llenando el blanco de la página

y verás todos mis sueños

mis anhelos y mis ansias

en cada una de las letras

que la inspiración me lleva.

Seré yo en el escrito

sin pudores ni juicios

y sin ninguna vestimenta

que pueda cubrir mi espíritu

pues el alma estará abierta

para que en lo profundo sientas

hasta dónde llega mi sentimiento.

Quizás no vea tu sonrisa,

quizás estés muy lejos

pero tan cerca de mis sueños

que igual te sentiré mía.

Y flotarán las caricias

en el aire de un suspiro

cuando leas el verso que te escribo

con una flor en cada letra

y en cada palabra un beso.

Daniel Valdman.

Extraño

Hoy no está tu caricia

que calma y domina

las angustias del alma.

Su ausencia fue creada

por ciertas circunstancias

sin poder remediarlas 

porque así toca en la vida.

La distancia avergonzada

tratando de aliviar la pena

trayendo recuerdos consuela

como si el momento fuera pasando.

Pero no está tu abrazo

ni tu presencia a mi llegada

con la sonrisa en la cara

y el beso en los labios esperando.

Falta tu espíritu en la casa

para llenar el ambiente

de locura permanente

y alegría desbordante.

Es que duele extrañarte

mientras el vacío ocupa tu espacio.

Duele no tenerte a mi lado

para que nos contemos todo

cómo nos fue la jornada

o para mantenernos callados,

disfrutando en el silencio

el brillo del amor en los ojos

casi casi sin tocarnos.

Si, te extraño

porque eres la mitad de mi alma.

Daniel Valdman

Esperanza

Se define la esperanza
como única manera
de mejorar la vida.

Quién no tiene sueños?

Quién no tiene anhelos?

Quién puede decirse

que logró todo lo que buscaba?

Hasta los más ricos

poseen deseos no cumplidos

y quizás los pobres

sea lo único que tienen.

Muy pocas cosas

igualan a todos los hombres.

Todos tienen que alimentarse,

deben cumplir sus necesidades

y todos morarán en el mismo hueco.

Y el resto, quedará como herencia

de la faena cotidiana

para tratar de lograr sus metas.

Cada uno con sus armas.

Algunos haciendo uso de sus riquezas

y el resto, sobreviviendo a su pobreza

para alcanzar lo que se pueda.

Pero todos tienen sueños,

anhelos de que en el mañana

lograrán una prenda, quizás una casa, 

el amor que esperan

o una comida en la mesa

y la satisfacción de haberlo logrado.

Y todos los sueños y todos los anhelos,

cada uno de los ruegos

hacen ronda en un sola cosa

que se llama esperanza.

Daniel Valdman

De regreso

Vuelvo de los sueños

y te sigo pensando.

Nunca te he abandonado

aunque en otros mundos 

haya estado

buscando tu alma en mis adentros.

Me he perdido en sitios turbulentos

mientras tu imagen

siempre me ha acompañado

brindándome la calma y el sosiego

que me hacían falta para superarlos.

No es a la muerte a quien temo

aunque no sepa que habrá

más allá en el universo.

Es no tenerte entre mis brazos

para decirte que te quiero

porque la vida la hacemos juntos

sin importar las circunstancias.

Y si es que tu me faltas

seré como una barca

que ha perdido el rumbo

navegando en aguas turbulentas

tratando de encontrar un destino.

Porque tu eres mi puerto,

mi isla solitaria

que descubrimos en el romance 

de nuestros espíritus

para adueñarnos de las tierras

y también de los cielos

haciendo realidad nuestros sueños

fundiéndonos entre caricias y besos

dejando que se sigan amando

nuestras almas.

Daniel Valdman.

Fe

Creo en tu sonrisa,

en tu cambios de desiciones,

en tu espíritu de artista,

en la franqueza de tu risa

y en la falta de miedo a equivocarte.

Creo en tu seguridad

para enfrentar la vida

y en tu abrazo

cuando en mi pecho te cobijas.

Creo en la realidad de tus sueños

que comparto como simple marinero

a las órdenes de ti, capitana de este barco.

Creo en la calidez de tu caricia

y en tu ir y venir al pasado

tratando de encontrar un mejor futuro.

Si, como verás, te creo

porque no existe amor sincero

si no se ama con el sentimiento

liberando con él las almas,

libres y a la vez apasionadas

sabiendo que se pertenecen

sin necesidad de decirlo.

Y si quieres saber 

el por qué en ti creo

es muy simple descubrirlo

porque al mirarme a los ojos

sabrás que te amo.

Daniel Valdman.

Luna

Viaja la Luna por las alturas

llevando en su estela

romances, sueños y promesas.

Jamás nunca la vi tan bella

adornada con tan preciosa carga

ocultando la luz de las estrellas

que envidiosas, también la admiraban.

Reina de la noche

mostrando con derroche

esas alhajas del sentimiento

luciéndosela ante el espejo

que el mar le presta sobre sus aguas.

Ay mi Luna enamorada !!!!

Cuántos besos y caricias

llevas en tu cara blanca !!!!!

Cuántos latidos, cuántas emociones,

cuántos juramentos y cuántos sabores

de labios tibios y ansiosos

ocultos en la noche

siendo tu el único testigo.

Ay Luna de mil amores

quien pudiera escribirte

el verso de tus secretos

siendo tu la reina del cielo

y la inspiración de los poetas.

Daniel Valdman.

Jardín

Pongo en tu almohada

una amapola

para que su aroma

endulce tus sueños

y en un jarrón distante

coloco rosas brillantes

para que de ellas cojas la sonrisa.

Montaré un jardín

alrededor del lecho

para que dancen sobre ti

las mariposas

y te des cuenta

que tu despertar de cada día

es el que me regala la vida

simplemente con tu presencia.

Necesito la caricia de tus ojos

y esos arrebatos de niña

que me crean alegrías

y distraen al tiempo

haciéndonos jóvenes contentos

aunque ya hayamos gastado el futuro.

Y la edad, aunque la pongas de manifiesto

no impide que nos amemos

haciendo realidad los sueños

con solo una caricia y un beso.

Daniel Valdman.

Regreso

Tras la faena cotidiana

apuro el paso

para llegar a tus brazos

y comerme el beso

con que me recibes

como el principal alimento

que me da energía.

Fuerzas para amarte

y seguirte amando.

Para luchar por los sueños

aunque estén lejanos

y no por ello

dejar de soñarlos.

Para mantener 

este cariño apasionado

con todo el sazón

que le pones a tus manos

en cada caricia que recibo.

Apuro el paso

aunque sea largo el camino

porque eres el destino

de todo mi sentimiento.

Y aunque llegue agotado

después de tanto esfuerzo

repondré mis fuerzas al mirarte

y saber que a tu corazón

he llegado.

Daniel Valdman.

Humanidad

Corre el tiempo
sin posibilidad de alcanzarlo.
Por más que lo intento
siempre quedo atrasado
y a veces la fatiga me vence
y ya se hizo tarde
para poder remediarlo. 

El electrón es nuestro amo

mientras somos sus esclavos

de cada acción que deseamos
poderla lleva a cabo.

Y cuando se toma su descanso

nos obliga a quedarnos parados

pues sin su energía

no podemos llegar a ningún lado.

Entonces, gozar del Sol,

de las calles iracundas

mientras todos se preguntan

cuándo retornará nuestro amo

en vez de disfrutar las urgencias

que quedaron de lado

y por culpa de un descanso

ya pasaron a la historia.

Entonces nos vemos las caras

y entre todos nos identificamos

estrechándonos la mano

sin tener ningún aparato

que nos comunique

y sin querer sentimos

que todavía, somos humanos.

Daniel Valdman.

Sopita

No lo vi muchas veces,
le decían "Sopita"

pues sentado solo 

un caldo pedía

y con todo lo que había

en el dispensador de la mesa

condimentaba ese plato de agua

que era su única comida.

Sal, vinagre, pimienta,

Con el apodo

perdió su nombre

y realmente nadie lo conocía.

Casi no hablaba, 

solo gesticulaba

afirmando o negando

según fuera la respuesta.

Yo era un niño

a quien mi papá llevaba

a ese café de la esquina

donde a la baraja se jugaba

y era más que nada

un salón de tertulia.

Y allí lo vi a Sopita

delgado como ninguno

y vaya a saberse por qué motivo

hoy me viene a la memoria.

Quizás porque sea el único 

que de él se acuerda.

Daniel Valdman.

Ancianidad

Mirando hacia el vacío,

sentado en el parque

apoyado en un bastón

entre la piernas

que me hace andar 

entre recuerdos

que aún mi mente

cultiva y cosecha.

Años mozos que revivo

con sus penas y sus glorias

de tiempos muy lejanos

que se han ido

a escribir mi historia.

Y hoy ojeando el libro de la vida

con sus errores, sus aciertos

y sus fantasías

siento que he vivido

amando si cada día

como si fuera el último

desde mi nacimiento.

Y sentado aquí en el parque

con mi bastón como compañía

se que llegará mañana

para volver a mis recuerdos

esperando el sol del mediodía,

el ocaso de la tarde

y la noche del descanso

la que con cada estrella

me regala una alegría

para enfrentar el mañana

con la vida ya cumplida.

Daniel Valdman.

Progreso

Se fue la energía.
La ciudad quedó sumida
en un increíble caos.

Los hombrecitos de los semáforos

se llevaban por delante

aunque fueran solo sombras.

Las bocinas y los claxon

aturdían a la gente

creyendo que con el sonido

iban a encontrar un espacio.

Los agentes de tránsito

no daban abasto

y el mundo desesperado

que caminaba por los andenes

tratando de llegar 

a tiempo a sus trabajos

tropezaba y se caía

a sabiendas que no podría

cumplir con los horarios.

Aullaban las sirenas

y los pacientes en las ambulancias

más enfermos se ponían

con semejantes sonidos

contagiándose de la histeria

que en la ciudad se vivía.

Las personas apuradas

con el afán de llegar a sus tareas

ni siquiera pensaban

que no podrían hacer nada

pues las máquinas no funcionaban

al faltarles la energía.

De golpe, la luz se hizo

y comenzaron a brillar

el rojo, el verde y el amarillo

dirigiendo las direcciones

que  habían perdido

los esclavos del progreso.

Daniel Valdman.

La cometa

Vuela que vuela
mi preciada cometa
tratando de llegar
a las más lejanas alturas
para enviarle a mi ángel
el sentido mensaje
que mi corazón escribe. 

Quizás se pierda entre nubes

llevadas por un viento celoso

o quizás caiga

en algún huracán tormentoso

o lo siga cobijando

ese sol maravilloso

con la fe que le pongo

para que llegue a su destino.

Vuela que vuela

mi preciada cometa.

Me pide más pita

que le doy aunque desaparezca

en la inmensidad de los cielos

muy lejanos de mi vista.

Y quedará en mis sueños

la esperanza que lo lea

y ese beso que me envíe

coronado con una sonrisa.

Daniel Valdman.

Duerme

Buscando el roce de mi piel,

te apoderas de mi cuerpo

sin pretender calor ni abrigo

sino la seguridad de que estoy contigo

para salvarte de los abismos

que te puedan producir los sueños.

Deseas con mi presencia

alejarte de los miedos

que se esconden en las tinieblas

por más luminosa que la noche sea.

Y te abrazo y te amparo

sirviéndote de escudo

arropándote con las cobijas

y tratando de encontrar tu mejilla

para darte la seguridad con un beso.

Y todo lo que ansío

es que tengas buenos sueños

y que tu alma esté tranquila

sabiendo que la mía te cuida

aunque mi desvelo me lleve

a escribirte estos versos.

Daniel Valdman.