que sufre tu alma.
La angustia me desespera
al no encontrar la cura
o el bálsamo que calma.
Y la caricia no alcanza
y el poder de mi ignorancia
hace más fuerte la impotencia.
Gasto los intentos
en soluciones desesperadas
que no sirven para nada
contra el dolor que te atormenta.
La medicina aún está lejana
y va taladrando la paciencia.
Quiero verte bien, sentirte ya curada
porque tu eres la amada
con quien soñé toda la vida
compartiendo sueños y fantasías
y mi ignorancia maldita
no me permite ayudarte,
justo ahora, en este trance
donde tu más me necesitas.
Me duele la pena
que sufre tu alma
mientras la mía se desangra
sin saber cómo curarte.
Permíteme que te abrace,
quizás mi calor te calme
o el sentimiento del amor
pueda curarte.
Porque te amo
y más que amor, no puedo darte.
Daniel Valdman
