extrañando tu presencia
porque cargan mil caricias
que quieren entregarte.
También mis brazos
reclaman tu cuerpo
porque se desesperan por abrazarte.
Tu rostro lo tengo en mente
y de él no quiero separarme
como si fuera el faro que guía a mi nave
en el mar de sentimiento.
Cómo te extraño amada mía
para compartir cada instante,
para compartir la vida.
Quiere el dolor de tu ausencia
encontrar el camino para hallarte
y sanar las heridas que causa
el no tenerte y tanto amarte.