y una nube lo trasciende
haciendo más hermoso el cielo.
La mañana quieta
en el día de descanso
deja escuchar
el canto de los pájaros
que por los afanes y los trabajos
se nos pasan de largo
como si no existieran.
La paz está en el silencio
que a la mente no atormenta.
Sin soñar, sin pensar,
solo con quedarse quieto
disfrutando el momento
del Domingo con cielo celeste,
con una nube que lo trasciende
y el cantar de las aves.
Soy feliz en este instante
donde siento que no soy nada
y a la vez, estoy repartido en todo.
Porque todo me pertenece
pues también, soy naturaleza.
Daniel Valdman.
