miércoles, 16 de noviembre de 2022

Campos

Es hora de irme
y suplicas que no me vaya.
Hay más luz en tu suplicio
que la del sol por la ventana
y se acongoja mi alma
al dejarte abandonada
al devenir del día.
Volveré más tarde,
después de la labranza
porque el tiempo no espera
y pueden caer las aguas
que inunden las tierras.
Por los dos, debo ir al campo
para seguir sembrando esperanzas
de lograr la cosecha anhelada
que me deje entregarme a tus brazos.
De terminar de construir la cabaña
con lo que tanto hemos soñado
y que sembremos una huerta
con semillas de amor y cariño.
Pero ahora, debo ir al campo
porque no se cuando llega el agua
aunque tu súplica me tienta
y se acongoje mi alma.
Daniel Valdman.