entre nuestros silencios.
Las caricias flotan
en las miradas
y las ansiedades
pujan en las almas
queriendo desprenderse
para entregarse.
Y los pechos se estremecen
deseando el abrazo
mientras los brazos dominados
retienen el momento
mientras con tus ojos
me dices que me quieres
y con los míos
te digo que te amo.