hubo una gota de esperanza
en la copa que se alzaba
celebrando navidades.
Por un instante siquiera
la sinceridad superaba
la falsedad de la sonrisa
que la verdad ocultaba.
Tan solo por un segundo
pudo el sentimiento
desde lo más profundo
descubrir sus realidades.
Hasta que el otro brindis vino
y con él, unos cuantos
acabando con el encanto
por el cual se celebraba.
Y hubo bombas y estruendos
mientras el licor se derramaba
demostrando la brutalidad humana
perdiendo razones y conciencias.
Menos mal que era una fiesta
y no el baile de la guerra
que en muchos palpitaba.
Y aparecieron las sirenas
encegueciendo con sus luces
demostrando toda la fuerza
para calmar lo que la borrachera
estaba gestionando.
Y así se acabó la comedia
que comenzó con una fiesta
y alguien tuvo
una gota de esperanza.
Daniel Valdman
