la playa está desierta
con su inconmensurable arena
tan amarilla como el gran astro.
El mar está bravío
luciendo gala de su fortaleza
haciendo volar espumas blancas
compitiendo con las gaviotas.
No es invierno ni primavera
y dan ganas de meterse en esas aguas,
ser un pez más en sus caudales
sintiendo en ese instante
la sal llegando al alma.
Único espectador de ese paisaje,
contagiado por el brillo de la naturaleza
me convierto en polvo de arena
dejando navegar mis sueños
por destinos inciertos
sin timones ni velas.
Soy mar, soy ave, soy tierra.
Soy la más pura esencia
de la existencia
en este momento, en este instante
cuando la ola me moja
y yo estoy de pie en la arena.
Daniel Valdman.
