donde ella me espera
con los brazos abiertos
y la mesa tendida.
Es muy grande el caudal de agua
y la corriente que arrastra
no me permite el más corto camino.
Vamos, se que me espera
y mi alma se impacienta
por no poder llegar al destino
para encontrarme con quien ansío
para entregarle mi sentimiento.
Rezo, suplico, imploro
pidiéndole a los cielos
que me envíe los vientos
que me ayuden a cruzar este río.
El agua no me deja
y parece que la balsa se quiebra
al quererla poner contra la corriente.
Ya mi espíritu desespera
y las fuerzas que tengo,
no me son suficientes.
Solo deseo que ella comprenda
que si no llego temprano
es cuando más la amo
al luchar contra la naturaleza.
Y que cuando llegue
sufrido y cansado
sepa darme el abrazo
diciéndome que me ama
al igual que yo la amo.
Daniel Valdman
