domingo, 6 de septiembre de 2015

Estado

Aprendí a quererte
cuando me enseñaste a escucharte,
o en los silencios
cuando recostada sobre mi,
disfrutábamos el momento.
Cuando tu caricia erizaba mi piel
y tus besos endulzaban mi alma.
Aprendí a quererte
cuando me pedías libertad
y yo, dejándote hacer,
me complacía con tus locuras.
Cuando me faltaba tu intrepidez
buscando lo que quisieras
o cuando la magia de la fantasía
la compartías conmigo.
Aprendí de ti cuando esmerada
tratabas de encontrarme sensaciones nuevas
llevándome a la inconsciencia
de no controlar el clímax.
O cuando en la cama,
después de habernos amado,
nos reíamos de nosotros,
como niños, como tontos
y ser felices de serlo.
Aprendí de ti, tomados de las mano,
que no hay mejor estado
que el estar enamorado.
Daniel Valdman