jueves, 7 de enero de 2016

Dormidos

Estiro la mano y te encuentro
como si estuvieras esperando
la caricia mientras duermes.
Me es imposible dominar los impulsos
de poderte sentir al tanto quererte.
Y negándote a mi deseo,
te acurrucas más contra mi cuerpo
pidiéndome que continúe con el juego.
Sin palabras, todo silencio
mientras miran y oyen las manos
dejando a los ojos ciegos.
Mis labios saben donde encontrar tu boca,
donde hallar tu cuello,
donde la pasión que añoras
en el preciso instante que te desmoronas
entregándome tu vida en un beso.
Daniel Valdman