colapsó mi mirada
como una extraña magia
que la dejó paralizada.
Hasta las estrellas enrojecieron
cuando conmigo descubrieron
el poder de tu belleza.
Desde entonces quedé casi cegado
con la locura de estar enamorado
sin pensar en otra cosa
que tenerte entre mis brazos,
acariciar tu rostro,
sentir tus manos
y soñar en todo instante
que mi alma estás robando.
Hace tiempo ya de aquello
cuando juventudes y fuerzas
aún quedaban.
Y al transcurrir de los años
sigue mi alma enamorada
buscando tu mirada
para que le ilumine la vida.
Y al sentir tus manos
o en las mías tu cara
sigo pretendiendo conquistarte
con una rosa, con un beso,
con una palabra o con un verso
que te alegre el día.
Porque no hay luz más brillante
que el brillo de tu sonrisa
dueña ya de mi alma.
Daniel Valdman
