en cada país a su fecha.
Pero seguimos siendo dependientes,
de los gobiernos, de las cosechas.
De los proveedores, de los clientes.
De la caricia ausente
y que las ansias quieren
lleguen pronto a las almas.
Del pan que del horno no sale
y del hambre que angustia
a millones de gentes.
De la hora, de los afanes
tratando de no llegar tarde
a donde creemos nos esperan
o somos los esperanzados
sometiéndonos a quien no llega.
Somos dependientes
de los sueños incumplidos
y de los obstáculos en el camino
cuando rezamos que no sean muchos.
De las riquezas y miserias
midiendo en cómo se pesan
y en qué parte nos deja
cuando oscila la balanza.
La lista es demasiado larga
para creernos independientes.
Pero al final de la historia
llegamos a donde llegamos
con ya la vida hecha.
Daniel Valdman.
