Cómo no quererte si eres la que le pone paz a mis pensamientos, dulzura a mis deseos y realidad a mis sueños. Y te quiero así, con un amor de antaño traído desde todos los tiempos. Aún, con la angustia en el pecho y la necesidad de tomarte la mano. Te quiero con el alma y la piel y la felicidad de sentirte en un abrazo. Te quiero cuando no estás conmigo y cuando lo estás, mucho más te quiero porque eres la parte de mi cuerpo que me hace sentir que estoy vivo. Te quiero así, con tus sonrisas y con tus encantos, con tus cabellos despeinados y sin ningún maquillaje. Te quiero cuando te levantas todavía sin despertarte y cuando estás dormida, doy gracias a los cielo que es a ti a quien amo.
Van cayendo las hojas del calendario y las raíces del recuerdo atrapan los momentos escondidos hace ya tiempos mostrándome en su recorrido que si, he vivido. Me comí cada hora de la existencia. Arriesgué mi alma muchas veces; fui intrépido y valiente y no siempre con buen resultado. Pero a pesar de los errores, se que he ganado cuando me encuentro entre tus brazos sintiendo que te amo y es el mejor regalo que la misma vida, la que me he comido, me ha dado.
Suave, muy suave es la caricia que te regalo, para que se te erice la piel y se te escapen los suspiros. Suave, muy suave rozaré tus labios con los míos para que sientas un escalofrío que te nazca desde el alma y desees apretarme pretendiendo el beso. Suave, muy suave es el amor que te tengo para que llegue lentamente a los límites de tu espíritu y lo invada todo hasta la locura de poseerme. Y te amo para llevarte hasta los cielos con la pasión y el desespero, con la suavidad del cariño y con un mundo de amor que quiero vivir contigo.
Vuelan las notas de violines haciendo que en el vals los cuerpos floten en el aire y tu vestido de encajes sirva de alas a mis sueños. Ambos muy elegantes en un salón repleto mientras nosotros, en nuestro vuelo, nos olvidamos del mundo y de los presentes. Y bailamos y bailamos aunque la música se acabe porque en este romance solo lo acompasa tu latir y el mío que al juntar los pechos nos invade la música de las almas. Y nos amamos.
Cantan las olas su caricia con la playa. Y así mis manos recorren el mar de tu cuerpo para llegar al alma. Y en cada beso aspiro la inmensidad de tu aliento mientras las ansias pugnan por poseernos. Y el amor danza encima nuestro sin que alcancen las caricias ni los besos porque estallan en los pechos infinidad de sentimientos. Y me amas y te amo, de tal manera nos sentimos que no te lo puedo contar en estos pobres versos.
Brillan nuestras almas cuando nos miramos y la alegría de tenernos nos junta en un abrazo como si jamás hubiéramos estado separados. Y es cierto, porque en cada pensamiento nos hemos tenido; en cada actitud, en cada deseo, cada vez que sentimos frío y el calor del espíritu entibió los cuerpos. Si, brillan nuestras almas cuando nos tenemos aunque jamás nos hayamos abandonado.
Hay un espacio del tiempo donde se genera la vida. Es entre que llegas y el instante de tu retiro. Y en ese momento preciso te absorbo en mi piel, en mi alma, en todos los sentidos para que te quedes conmigo aún después de que te hayas ido. Y queda en el ambiente el calor de nuestros cuerpos, la sensación de tenerte y ese profundo silencio en el que solamente nos sentimos. Y te amo, llevándote en mi pecho, por todos los caminos que conducen al sentimiento.
Navego en tu mirada. No quiero otro mundo que el del sentimiento. Y en ese mar de encantos siento naufragar mi alma queriendo desbordarse de mi cuerpo. Se estremece la piel en el momento en que queda tu rostro atrapado entre mis manos y un calor intenso se crea en el pecho que solo apaga este incendio un muy fuerte abrazo. Y te amo, con este fuego abrasador que solo lo calma tu alma.
Quiero tenerte con tu paz recostada en mi pecho saboreando el perfume de tu piel y el aroma de tus cabellos. Quiero tenerte quieta soñando los mismos sueños mientras la caricia ingenua recorre tu espalda. Quiero tenerte a mi aferrada regalándome la confianza que existe en tu alma. Quiero tenerte amor mío y con eso, me basta.
Bebo el último café mientras desesperezas en la cama. Yo comenzaré la jornada mientras tu, fabricarás sueños que alguna vez realizaremos muy tomados de la mano enamorando las almas. Y estarás conmigo en cada pensamiento, en cada labor que haga como la más bella realidad que puede crear el sentimiento
Vuelan las caricias por tu cuerpo llevandote a sueños casi inalcanzables. Es parte del romance en que la piel se junta con el alma. Y eres tu mi amada quien recibe mi cariño. No se detiene el sentimiento y va creciendo contigo al igual que mis ansias. Y te amo, te amo como eres, estando juntos o en la distancia.
Me quedé mirando mi rostro detenidamente y no era el mismo del que tenía en la mente. Una persona añeja por el paso del tiempo con una historia en cada uno de sus pliegues. Me costó reconocerme y sin embargo, vi que he vivido y que los cambios sufridos fue por hacerlo intensamente. Los pétalos de amor que he repartido llegaron a los puertos donde los han recogido y de alguna manera me prolongan los días. Y estás tu, amor mío, para quien guardo el mejor ramo del jardín que hemos florecido Porque a pesar del tiempo transcurrido tu me amas y yo te amo.
Cielo, mi cielo. La Luna, el Sol y todas las estrellas. Eres el alma más bella que mi corazón ha buscado y mi sentimiento robado. Eres luz de mi espíritu y caricia inacabada. Eres la paz y calma y también aguerridos tormentos. Eres la aventura de la vida que despierta todos mis sentidos . Y por esa cuestión del destino, eres la mujer que amo.
Extraño tu voz que como caricia recorre mis sentimientos creándome sueños de amor, de cariño. Hace sentirte muy cerca mío y la distancia desaparece y la angustia de no tenerte cambia a la ilusión, a la fantasía en mi mente. Es la caricia que cuando estás presente me estremece el cuerpo y llega hasta el alma. Tu voz es el amor que me alienta a la vida.
Voy al campo, pero no a la labranza. Recogeré las esperanzas que nacen en cada flor para que te alegren el alma y así tu despertar sea dulce y en calma compartiendo conmigo los milagros de la vida. Te traeré el ramo más delicado que pueda caber en mis brazos y una sonrisa grande cómplice de mi travesura. Y entre las flores y mis anhelos, también te traeré un te quiero nacido desde el fondo de mi alma.
Se estremecen las caricias cuando te pienso y un mar de cariño me invade el espíritu exhalando los suspiros que como besos, quieren entregarte el sentimiento que juntos hemos creado. Y sueño con acabar la jornada para volver a tus brazos mi amada y disfrutar el calor de nuestro nido. Como te quiero amor mío que estás en mi mente aunque la tarea sea ardua y la ansiedad de tenerte me crea el afán de terminarla y correr a tus ojos, a tus caricias que realmente, alimentan mi alma.
Te espero. No desde ahora sino, desde siempre. Y aunque estés conmigo, también espero. Espero crearte una sonrisa que me diga cuanto me quieres. Espero fundir nuestros labios en un beso que sintamos como se besan nuestras almas. Espero que al juntar nuestros pechos sea un mismo palpitar el que nos impulsa la vida. Si, espero, espero amarte tanto haciendo que este sentimiento sea eterno.
Sopla el viento trayendo nuevos sueños de encontrarme con tus labios y fundirnos en un beso. Soy esclavo de tu sentimiento y no tengo más motivo que entregarme a tu abrazo. No existe otro horizonte, no hay otro rumbo. El corazón me dirige y mis ansias lo exigen de estar a tu lado, juntos de la mano o en el placer de los cuerpos. No hay amor más profundo que ciego y mudo grita tu nombre en silencio poniendo la mirada en los cielos pidiendo volver a encontrarme con tus ojos. Y es así mi amada que vivo, volando con el viento tratando de encontrarte otra vez entre mis brazos.
Llueve, hace frío. Un chocolate caliente ansío, el fuego de los leños y tus brazos. Qué mayor tibieza que el amor que nos sentimos. Acurrucada en mi pecho con un liviano abrigo y el poder de mis caricias dándole calor a tu cuerpo pero mucho más, entibiándome el alma. La música en las tejas del agua hace más profundo este momento y sobre los labios, cae el beso nacido desde todas las ansias. Y te amo y me amas y con ello, todos los sueños están cumplidos.
Madrugada. Se oye música desde lejos como si quisieran alargar la noche aunque ya se acerca el alba. Tras la tormenta, la tierra mojada regalando su perfume de frescura. Y pienso en ti. Aún siento el calor de tu cuerpo y tu voz, casi en silencio susurrandome el amor que palpita en tus venas. Es hermoso amarte aunque no pueda abrazarte pero estas presente en la memoria de mis sentimientos, de mi piel, de mis labios y en mi pecho compartiendo tus latidos. Qué maravilla sentirte tanto y más todavía saber que tu también así me sientes.
Tengo abierta la ventana de la vida y tras ella, el camino de los sueños, esos que tu inspiras en cada uno de mis versos. Ansiedades juguetonas o momentos de cariño, profundos, infinitos que solo las almas gozan. No existe un mañana sin la luz de tus ojos y la calidez de tu mano tomada de la mía dando los mismos pasos, al mismo ritmo en este camino tras la ventana de la vida. No, no hay un mañana y por eso hoy, debemos vivirlo.
Hay un mar de distancia cargado de otro mar de sentimiento, uno que nos une y el otro que nos separa. Mientras uno impone lejanías, el otro llena de esperanza. Y en la danza de sus olas viajan nuestros sueños para alguna vez encontrarse. Brego en la barca tratando de acercarme mientras el viento no ayuda y mi cariño empuja para vencer adversidades. Y tu abrazo me espera y tu corazón me anhela y mi locura me lleva hasta el puerto donde amarnos. Llegaré algún día con un ramo de besos y caricias y con un amor inmenso, tan inmenso, como este mar que nos une y nos separa.
Pasa el tiempo, transcurre la vida y llegado el momento uno ve lo logrado, cómo germina la semilla que ha sembrado. Y ve crecer el árbol con la labor de día a día y ve que también él saca sus propias semillas, las mismas que antes uno ha sembrado. Y se siente orgulloso de la sombra que recibe. Del esfuerzo que tiene su logro y da gracias que así sea. Esos son los hijos que de golpe, dejaron de ser niños y hacen la vida a su manera. La semilla que sembré hoy da sombra y tiene sus frutos. Es un árbol maduro regalando fe y esperanza esas, que a todos nos hacen falta para mejorar la vida. Quise regalarle un mejor mundo y veo que por si mismo, lo está logrando.
Te miro, te miro y mientras te veo, sueño contigo. Se me llena el alma de mares y de playas. De cielos estrelladamente oscuros y de inmensidades de campos y praderas. Te miro y se invade mi conciencia de paisajes nunca vistos. De aves, de mariposas como si salieran de mi pecho para cubrir el ambiente. Te miro y es tanto el amor que me irradias que dejo de ser un cuerpo para convertirme en un ángel que te invita a recorrer los sueños que al mirarte, haces crecer en mi alma.
Se ilumina el cielo con el brillo de tu sonrisa y se me llenan las manos de caricias queriendo invadir tu cuerpo hasta llegar al alma. Y te amo de manera apasionada y a la vez, dulce y tranquila porque al sentimiento no le alcanzan las palabras y solo con la mirada puedo expresarte lo que siento. Quiero llenarte de besos porque la ansiedad de ti ya no cabe en mi cuerpo y sin embrago, al mirarte, se me inunda el pecho, se estremece la piel y con tu cara en mis manos solo puedo decirte que te amo casi casi, sin tocarte.
Arden los leños en el fuego y la danza de las llamas nos transporta a otros sueños, mientras el calor del sentimiento entibia las almas llenándolas de paz y calma. Es hermoso tenerte así, recostada sobre mi pecho y sobre las mías,una pierna cruzada, como queriendo que no me vaya, como deseando que no me apartara de tan sublime momento. Y soy feliz de que me tengas prisionero amarrado con tan suaves garras, convenciendome con caricias y besos y con algún suspiro que se te escapa desde el alma.
Danzan las estrellas al compás de tu cariño. La vida es un jardín decorado por tus caricias y el amor vuela en cada mariposa de tus labios sobre los míos. Y soy feliz mientras te tomo de la mano y seguimos andando el mismo camino. Cuanto te amo y cuanto amo la vida contigo sabiendo que no es un sueño aunque lo haya soñado desde siempre.
La música celestial de nuestro silencio mientras las caricias pululan por los cuerpos tratando de encontrar las almas. El fuego de la pasión arde, los besos se contagian. La mente divaga en un sin fin de sensaciones y los pechos se abren a la ansiedad del sentimiento mientras queremos meternos en el espíritu del otro. Y el amor nos envuelve mientras solo somos eso, pasión, caricias y besos.
Estoy en el otoño y vuelan los recuerdos de tantas estaciones que ya he pasado. Aparecen rostros no se de donde, que ya tenía olvidados. Se confunden emociones como si las tuviese a la mano y vuelvo a ti escapándome de ese laberinto. Porque tu eres mi refugio y mi destino y quizás, todo lo que he vivido, fue la aventura del camino justamente para encontrarte. Y estoy feliz por ello porque todo lo que he andado fue lo que me trajo al mejor de los arribos que es estar entre tus brazos.
Ven, vamos a hacer el amor. No te quites la ropa que te traje una rosa para que vistas tu alma. Vamos a amarnos casi sin tocarnos pues te tomaré la mano para que andemos por los parques. Te leeré una poesía, tarearemos canciones perdidas y dibujaremos ángeles con las nubes. Nos amaremos con la ilusión que brilla en la adolescencia cargada de pureza y de sueños por compartir. Ven, vamos a hacer el amor con lo más profundo de nuestros sentimientos.