sábado, 4 de mayo de 2019

Vida

Aspiro tu alma
en cada beso
mientras riegan mi piel
tus caricias.
Arranco gemidos
de tu pecho
y cada suspiro,
es una melodía.
Cuánto amor
hay entre nuestros cuerpos.
Cuánta ansiedad,
cuánta ternura
que no nos alcanza el tiempo
para entregar lo que tenemos
aunque haya mucho por delante.
Las caricias no son bastantes
y los te amo, demasiados pocos.
Los corazones palpitantes
quieren desbordarse
para meterse en el otro
y nos amamos como locos
como si este fuera el último día
aunque tengamos todavía
por delante, toda la vida.
Daniel Valdman