de verte cada día
rebosante de alegrías
creadas por nuestro encuentro.
Tomarnos de la mano,
acariciarnos con miradas.
Disfrutar la inmensa calma
de sentirnos a nuestro lado.
Saber que estamos pegados
por la sabiduría del espíritu
y sentirnos cobijados
por el cariño mas puro.
Hacer jardines
donde antes fue desierto.
Imaginarnos soles
donde hubo tormentas
y así seguir la vida
en la aventura de cada día
superando adversidades
y siempre al vernos,
con el fulgor de la sonrisa.
Y aunque los sueños
parezcan imposibles,
la realidad es, que te amo.