jueves, 1 de abril de 2021

Rodando



El viento golpea el rostro
borrando de mi mente
ajenos pensamientos.
El fragor del pedaleo
me introduce en el paisaje
que en el camino recorro
y a medida que avanzo
más lo siento mío,
como que soy parte de ello,
como si lo estuviera pintando
campo a campo, metro a metro.
Y en este andar sin destino,
sin tiempo definido,
siento vibrar la vida
aunque me cuesta el cansancio.
Y en el tiempo determinado,
cuando las fuerzas se vayan acabando,
retornaré por otro lado
para no repetir lo ya andado
y me entregaré a tus brazos,
con la mente limpia,
con el corazón muy fuerte palpitando
y en ese abrazo
llegaré al paraíso.
Daniel Valdman