en este tenás invierno.
Quizás no hubo dormido
entre rayos y truenos
que trajeron los vientos
más allá de los mares.
Las barcas tambaleantes
parecían hundirse
bajo el peso constante
que creaba el granizo.
Desde la ventana de la alcoba,
mirando ese paisaje,
sintiendo el golpe del oleaje
que la costa llenaba
de aguas frías y bravas
agradecía estar resguardado
en el calor de tus brazos
que me abrigaban el alma.
Y tu beso apasionado
me traía la calma
olvidando al temporal
que me la robaba.
El amor lo puede todo
inclusive, ponerle soles
a las tormentas
creando primaveras
en los más crueles inviernos.
Daniel Valdman.
