jueves, 16 de junio de 2016

Travesía

Monté mi corcel
para dirigirme a tu vida.
Cargué las alforjas de fantasías
y amarre claveles a las bridas.
El alazán estaba decorado
y feliz se notaba su paso.
Contento se sentía como su amo
tras el destino al cual se dirigía.
Y es así como cambió mi vida
de sin fines de aventuras idas
en sendas de todos los terrenos,
hasta encontrar en tus brazos tiernos
la paz y el descanso
del cabalgante eterno.
Cada uno de los días
te busque por los parajes,
en millones de paisajes,
entre ríos y lagunas.
Entre montañas profundas
y abismos interminables.
En las playas de todos los mares
y en los jardines del alma
hasta tras una sonrisa encontrarte.
Mil gracias por esperarme
para compartir nuestras vidas.
Daniel Valdman