que no me basta el tiempo
para poder alcanzarlo.
Ni siquiera los escombros
han dejado del pasado,
nuevas construcciones,
renovadas maquinarias
y un nuevo lenguaje
traído de otras partes
donde no se entiende el sentimiento
metido entre sus consonantes.
Me siento ser un dinosaurio
entre gigantes mecánicos
donde todo funciona tan rápido
mientras soy cada vez más lento.
No, realmente no puedo,
entonces caigo en los recuerdos
de cuando jugábamos en la calle,
dibujábamos en el asfalto,
se hacían enormes campeonatos
sin medallas ni trofeos
compitiendo barrio contra barrio
en la misma cuadra donde fui criado
y mi papá era el árbitro
de tan ásperas batallas.
Si, tiempos han sido
donde todo eran casas
mientras todo se compartía
hasta tomar el sol en la esquina
repartiendo el periódico
con las últimas noticias
o un plato de comida
con una nueva receta
porque más que vecinos éramos
una enorme y gran familia.
Daniel Valdman.
