tras fuertes tormentas.
Las almas se recuperan
al mejorar el tiempo
y tímidas las sonrisas
se dibujan en los rostros.
Apenas se ven las caras
porque aún las llevan tapadas
y si no, con la cabeza gacha,
procurando no mirar de frente,
las gentes aún temen
que los sigan visitando huracanes.
Está todo por hacerse,
hay que comenzar de nuevo.
Los portadores de esperanzas
luchan y se afanan
tratando de arriar
ánimos y conciencias.
Volver a lo que fue,
no es tarea grata.
Los dueños del poder
tampoco saben qué hacer
sin perder sus riquezas.
Entonces, nacen los valientes
que con ideas nuevas arremeten
para construir un mundo nuevo
reparando las casas vencidas,
construyendo carreteras y puentes,
sembrando la tierra con más gente
porque hace falta la comida
y usándose de ejemplo
en tomar la pala son los primeros
tratando que el resto los siga.
Hay que cambiar las mentes,
combatir los temores ganados
enarbolando la fe que se puede
y así lograr otra vida.
Daniel Valdman
