miércoles, 15 de octubre de 2014

Madurez

Te amo así
porque el sentimiento 
se me pone inocente
ante la timidez de tu mirada.
Se me hacen juveniles las ansias
de tenerte, sin tocarte,
como en los albores de la adolescencia.
A veces sueño cómo hubiéramos vivido
de mucho antes habernos conocido.
Si el tiempo hubiéramos compartido
creciendo juntos entre juegos y experiencias.
Pero conocerte ahora, con la edad a cuestas,
es un regalo no esperado, casi divino,
que por suerte me muestra
que soy humano para disfrutarlo.
Daniel Valdman