El idioma de las caricias no tiene puntos ni comas. Ni reglas ni normas que necesiten corrección. Es natural, diáfano, espontáneo y sincero. Sensible siempre y con distintos sabores. A veces calma, tranquiliza. Otras conmueve y excita y otras muchas entregan todo el amor. Y por ello, acudo a los silencios mientras mis manos te hablan recorriendo tu espalda o quizás, todo tu cuerpo. O encierran tu rostro en las palmas y dejan que los ojos te digan lo que siento. El idioma de las caricias no tiene doble sentido y es mi mejor manera de decirte que te quiero.
Entre las tibias sábanas de nuestro universo no hay verdades ocultas, todo es sentimiento. Hasta las silencios gritan sus ansias de entregar las almas a los brazos del otro. No hay explicaciones ni palabras. Solo sentires y desesperos de querer lograr la felicidad ajena. Que realmente, no lo es tanto porque somos ambos en el mismo viaje.
El cuerpo que me brindas para que lo ame, para que lo talle, como el escultor cincela la más preciada de sus piezas, pero haciéndolo con caricias que más de pasión, son de adorar la belleza. La pureza de tu entrega, el abandono a mis deseos que más de darme un cuerpo, me entregas toda el alma. Y es esa la mujer que amo, la que confía en mi y me da fuerza para que en el sentimiento aprenda el motivo de la existencia, que justamente es ese, el de crear la vida.
Una caricia. Tan solo una caricia y cambia el rostro, se ilumina la vida. Los pesares duelen menos y vuelve la fe a creer en imposibles. La calidez de una mano que nos apriete el hombro diciendo que no estamos solos y que si la lucha es dura, ya somos dos para enfrentarla. O que si el sentimiento duele, tenemos con quien contar nuestra historia. O si la alegría nos regala algún momento de lujuria, podemos compartirlo hasta ahogarnos en risas. Una caricia no solo dice amor, dice cariño, comprensión y sobre todo, hace que la soledad, no exista.
Pululan los vientos llevando mis te quieros empujando nubes de esperanzas de que quizás mañana te encuentres en mis brazos. Quiere la ilusión hacerse cargo de multiplicar las caricias, de aumentar los besos y abrazos para que el alma entera te invada y se desmorone ante tu sonrisa tan preciada sintiendo que se te ama como nunca te han amado. Pululan los vientos hinchando las velas cargada la barca de fantasías y sueños y compartir contigo este viaje de sentimientos.
Marca el tiempo la piel y el carácter. Nos volvemos exigentes y a la vez, mas tolerantes. Nos duelen menos cosas y la impotencia, la vamos dejando para juventudes revolucionarias. Pero el sentimiento se hace más profundo. Quizás por los recuerdos, quizás, porque nos hacemos más sensibles. Y así como la rosa que antes de marchitarse magnifica su belleza, así es el amor que te tengo, abriéndose a cada instante con actos de ternura que antes, significaban otra cosa. Y te siento como pionera en las sensaciones de un cariño cada vez mas grande.
Despeja todas las brumas tu sonrisa. El cariño que irradia es inexplicable mientras me subyuga y enamora. Soy feliz ante ella porque me muestra que tu también lo eres. Y qué más pretende mi alma que la felicidad te llene, suave, calmada, convencida de cada caricia que de mis manos te llegue y arropada por el calor de todo mi sentimiento. Gracias por regalarme en cada momento esa hermosa sonrisa diciéndome que me amas.
Tibio tu cuerpo durmiendo a mi lado a un compás tranquilo respirando y de vez en cuando un suspiro que vaya a saberse cuales sueños lo provocan. Y te miro sintiendo la felicidad de que estés conmigo compartiendo el mismo lecho, sin caricias ni besos. Solo el descanso de los cuerpos tras el fragor de la vida que juntos hacemos y que despiertos, nos vemos, para decirnos cuanto nos amamos.
Esperan las penumbras la llegada del alba para darle luz al cielo y despertar los sentimientos en el día que se inicia. Pero no es que te quiero de hoy, sino de toda la vida y eso no lo cambia un nuevo amanecer pues también en la noche me acompañaste en los sueños. Caricias de almas que se sienten sin importar distancias ni tiempos, pues puedes estar a mi lado y aún, contigo sueño. Y puedo llenarte de besos, inundarte de caricias, estrecharte en un abrazo y aún así, te deseo. Porque el alma vive en el cuerpo y yo te quiero en cuerpo y alma.
Cierra los ojos, usa los sentidos. Siente la caricia produciendo calor y alivio. Percibe los labios ansiar un beso y como se infla el pecho en un suspiro de deseo. Como los dedos se estiran para apretar el cuerpo ajeno y como se humedece tu más íntimo recoveco. Siéntete mujer a la labor de mis caricias y como ser amada es lo más grande de la vida. No es que te desee ni busque tu pasión; es el sabor del amor que te ofrezco cada día.
Albergan la paz tus caricias. Calla el barullo, desaparecen las tormentas y el roce de tus manos hace que el sol brille desvaneciendo las tinieblas. Cuánto amor irradia tu mirada que mi espíritu aventurero sabe que es el puerto de su llegada. Entonces, no puede más mi alma que apretarte en un abrazo para que ese instante nunca se vaya. Y hacer eterno el beso quizás por compartir el agradecimiento al cielo de saber lo que me amas.
No siempre se tienen todas las respuestas. El sentimiento es una de ellas por el cual no tiene sentido ni razón. Fluye del corazón puesto entre las manos para así entregarlo sin signos de interrogación. Y el por qué te quiero o el por qué te amo no puedo explicarlo como tampoco tu. Te debe alcanzar lo que siento, lo que recibes y aceptarlo no solo porque así lo siento sino, porque es toda mi riqueza.
Es el sentimiento profundo que ansía y desgarra sintiendo frío en el pecho buscando la tibieza que necesita el alma. No alcanzan los recuerdos, ni siquiera las emociones pasadas pues no tiene imagen ni música que lo acompaña. Es una agudeza que perfora y taladra el vacío, la angustia de recibir una palabra o quizás la caricia que cura todo y calma. O también, estar frente a tu mirada para decirme que esta pesadilla entre tus brazos se acaba.
No te voy a amar como te amo. Porque al pasar los años crece la comprensión y el cariño se apodera de la piel. La ansiedad de tu contacto, la necesidad de tus caricias son la parte de la vida que me hacen existir anhelando, soñando volver a sentir ese calor. No es el deseo que me empuja a necesitarte. Es tu presencia, tu voz y la mirada tierna que lo cura todo. No te voy a amar como te amo porque cada día te quiero más.
Estamos ante la vida planeando futuros sin darnos cuenta que hoy es el momento oportuno para decir un te quiero, para regalar una caricia, para con una sonrisa curar males ajenos y a veces, también los propios. Y por ello, no espero hasta mañana para tenerte entre mis brazos y apretarte fuerte hasta que digas no tanto y que sientas desde mi pecho todo el sentimiento que para ti tengo guardado. No se si después te querré como ahora, pero toda la vida te estuve amando.
Baña la ciudad desde los cielos despertando sentimientos y nostalgias trayendo a mi recuerdo tardes como esta en que los cuerpos se amaban. Cuando al compás de las aguas flotaban entre caricias y besos tratando de encontrarse con las almas. Y me haces falta con el calor que de tu piel emana y con el abrazo profundo sintiendo mi presencia. Y hoy no estás, pero te amo.
El cielo sin luna crea paz al horizonte. Aún no cantan las aves y yo aquí, escribiéndote. Amándote entre letras mientras tu imagen revuela en mi cabeza haciendo del amor la religión más pura. Y es así como te amo, entre silencios y distancias forjando sueños que algún día, se realizarán entre mis brazos. Y cuando tenga la oportunidad de despertar entre tus caricias, ha de comenzar la vida a tener sentido.
Canta la Luna su canción enamorada de tantas ilusiones, de tantas almas prometiendo imposibles cargados de sueños. Y se mantiene allí testigo de los besos de caricias y anhelos de amantes desesperados. También es testigo de las nostalgias que me acechan cuando pienso en ti y entre mis brazos no te encuentro. Cuando le hablo a tu imagen que mi cerebro traiciona a la realidad consiente sin tener tus caricias. La Luna es testigo de lo que te amo más aún, cuando no estás a mi lado.
Vamos mujer, arriba que el Sol brilla y la vida nos espera para conquistar sueños, para crear colores nuevos, para fabricar alegrías. Ponle fuerza al corazón y deja que la pasión invada todos los rincones. Te daré un beso, me darás una caricia y ya con las almas unidas nada nos será imposible. Regalarás tu sonrisa, haré reír a las flores y juntos con canciones de vaya a saberse qué tiempos alegraremos corazones por nubarrones entristecidos. Vamos mujer, adelante que todo mi ser no se cansará de amarte.
Tomados de las manos no nos acompañamos. Creamos mundos nuevos, otros colores, paisajes que no existían en realidades inconformes. Cuando nos tomamos de las manos labramos otros caminos, los que las fantasías y las almas recorren. Encendemos antorchas en oscuridades y sonrisas en los espíritus. Somos fe, somos creación y solo con amor forjamos otros universos. Cuando nos tomamos de las manos somos dos estrellas bajo el mismo cielo
Aún tiembla mi cuerpo al poder de tus caricias, como si no te hubieras ido y siguieran tus manos recorriéndome la piel. La sensación del abrazo, la intimidad del beso y esa belleza que observo en la paz de tu rostro. Te amo y ni tu ni yo, sabemos cuánto. Porque tras la pasión vienen las palabras o a veces los silencios que ocupan todo el espacio y hacen sentirme mucho más dentro de ti. Y es por ello, por lo que no decimos, pues el amor, es inexplicable.
Soplarán vientos crueles de invierno. Golpearán briosas las olas de los mares. Atacarán furiosas todas las tormentas y mi alma abierta te recibirá en su lecho. Calmará tus penas, compartirá tus pesares. Verás cómo las heridas cierran tras la caricia y la palabra. No habrá tempestad contra la que no podamos porque el refugio del amor es más fuerte que los cielos y quizás, un simple beso haga resplandecer los soles de todas las esperanzas. Y tras las nieves y las heladas, ven a mí mi amada que te daré calor.
Cuántas cosas se dicen con un beso. Cuántas sensaciones, cuántos misterios. Qué cantidad de ansias de entregas, de deseos. Las maneras de cariño en ese silencio pues los labios muy atentos están mudos en la caricia. El calor que se genera invadido de fantasías que luchan por realizarse, estallan en emociones que ni siquiera los cuerpos comprenden; solo las almas con el desorden que generan para darlo todo olvidándose de si mismas. Cuántas cosas dice un beso, pero mas que todo, que te quiero.
Pueden mis brazos abrazarte mientras las manos acarician tu espalda y el acto te diga que aún hay esperanza, que esta no se acaba y que vale la pena seguir luchando. Puede mi sentimiento inundarte de cariño y te diga con el corazón abierto que no estás sola, que mi ilusión te acompaña y que seguro mañana otro sol nos ilumine. No sufras por la vida mi amada que juntos podremos contra lo imposible
Se sienten las caricias entre las miradas. Los cuerpos se preparan para la danza romántica mientras la sangre bulle y desesperan las ansias. Se enciende la pasión en el abrazo y los besos surgen de sedientos labios hambrientos de compartir las almas. El silencio anula las palabras. El idioma de los gestos recorre los cuerpos para escribir en pocos versos toda la pasión y el deseo que no existe en otro idioma. Y estallan los cielos ante la maravilla del amor.
Cantan las aves al alba mientras pasé la noche con tu recuerdo. Sueños, entre dormido y despierto, acariciando la imagen que me trae la nostalgia. Me hundo en la profundidad de tus besos y nado entre mares de caricias, mientras el arrullo suave del silencio pronuncia los te quiero que invaden las almas. Y estás pegada a mi, donde quiera que vaya pues eres la constante de mi sentimiento. Sin preguntas, sin respuestas porque en este amor intenso no caben interrogantes. Se que me amas, y con eso, tengo bastante. Daniel Valdman
La música del mar arrulla nuestras almas mientras las ansias de amor veo en tu mirada. Una caricia, una palabra y te recuestas en mi pecho para compartir los sueños que ves entre el horizonte y el cielo. Y somos felices disfrutando silencios mientras la música del mar nos sigue llevando a otros universos donde solo nuestros espíritus conocen el camino.
Calman mis ansias tus caricias. Como si la carrera de la vida se detuviera en ese momento y el mundo desapareciera para encontrarnos solos amarrados entre los brazos. No hay pudor ni vergüenza. La libertad del sentimiento recorre los cuerpos para entregarlo todo. Y las almas vuelan en tan pequeño espacio donde realmente, se crea la vida.
Puede mi palabra acariciarte haciéndote sentir amada. Pero mas te dice mi mirada que se queda callada por tanto sentimiento. Y cuando mis brazos se entrelazan al talle de tu cuerpo, no hay expresión sonora que pueda decir lo que siento. Tu perfume, tu aliento, aromas que te pertenecen haciéndome sucumbir a tu belleza. Y hay veces, que sin estar conmigo, se me aparecen como un sueño. Y te busco y no te encuentro porque no estás en el ambiente, vives en mi alma.
Las estaciones pasan por la vida y ya estamos en el otoño recogiendo los últimos frutos de la primavera pasada. Los vientos y heladas han marcado nuestra piel dejando en la conciencia la felicidad de los días soleados. Ya es hora de encender los leños y que el calor inunde el hogar que hemos formado. Sacarás la manta pesada, batirás el chocolate y nos recogeremos frente al fuego y así nos prepararemos para afrontar el próximo invierno. Nos miraremos a los ojos y estaremos orgullosos de la vida que juntos hemos pasado. Nos tomaremos de las manos y agradeceremos al cielo la belleza de amarnos.