lunes, 19 de noviembre de 2018

Amor

Corren las caricias.
Se encienden las pasiones
y tras satisfacer
la ansiedad de la carne,
miro tu rostro y me conmueve.
Qué hermosa mujer
tengo entre mis brazos
que me entrega lo que tiene
sin poner reparos
y con el amor que me incita
a seguirla amando
ya no con la piel
sino con todo mi ser
que nace desde el alma.
Y en el momento del descanso,
mientras seguimos abrazados,
el sentimiento que nos invade
vuela haciendo realidades
lo que tanto hemos soñado.
Y allí realmente,
es cuando más te amo.
Daniel Valdman