me metí en tu alma.
Descubrí tanta angustia
que te abracé con cariño.
Sentí la necesidad
de saberte amada
y te dí todo el amor
que mi alma pudo.
No se si logré
secar tus lágrimas
pero hice mío
el dolor que tenías.
Lo cambié
por una sonrisa
que para mi,
fue el mejor regalo.