domingo, 12 de agosto de 2018

Fatiga

Vienes a mi
con el alma alborotada.
La fatiga cotidiana
impunemente te desgasta
y te entregas a mis brazos
para encontrar la calma.
Entonces, comienzan las caricias,
las palabras que sanan
y todo el clamor de tus ansias
va cayendo en susurros
hasta que se apacigua el cuerpo
y la mente descansa.
Eso, también es amor.
Y acurrucada en mi pecho
me entregas por entero
el placer que te causa.
Y justamente es eso
lo que me da
la felicidad de amarte.
Daniel Valdman