miércoles, 31 de agosto de 2016

Flor

En el jardín de la vida
pude apreciar muchas flores.
Encandilaban sus colores
y los perfumes
aromatizaban el día.
Vi canteros presuntuosos
con formas y siluetas
haciendo paisajes hermosos,
dándole brillo a la escena.
También en primaveras
vi muchas flores silvestres
que coloreaban el campo
combinando con los verdes.
Pero en un otoño cualquiera,
en un recodo de la playa,
vi una flor solitaria
a la que acudían los picaflores.
No era por sus colores
ni tampoco por su aroma.
Su encanto era otra cosa
difícil para el humano.
Me acerqué muy despacio
para no ahuyentar a las aves
y sentí entre sus pétalos mortales
lo que regalaba era vida.
No era polen, eran fantasías
de lo que las aves se alimentaban
y lo que mas nutrió a mi alma
fue que me llenó de esperanza.
Y hoy, en el jardín de mi vida
sigues dándome tu aroma,
tus colores y tu savia
cultivándote entre mis brazos,
en este amor que no se acaba.
Daniel Valdman