apoyada en mi hombro
como queriendo quitarme el gesto
adusto por cierto
que refleja mi rostro
sin saber lo que estoy pensando
que me tiene preocupado
y tomando fuerte la conciencia,
ni siquiera lo entiendo.
sin saber lo que estoy pensando
que me tiene preocupado
y tomando fuerte la conciencia,
ni siquiera lo entiendo.
Realmente me faltaba eso,
tu mano en mi hombro
diciéndome que no estoy solo,
que no es grave la circunstancia,
que a pesar que mi ser invada
la preocupación inexistente
puedo contar con tu apoyo
como cuento con él desde siempre
porque eres la única que comprende
la locura de ser poeta.
Y se pierden las palabras
en infinidad de letras
sin encontrar el pensamiento o las ideas
que me abstraen sin quererlo
agradeciendo tu rescate
con una mano en mi hombro
y en la otra, la caricia que me invade.
y te amo, quizás por ser poeta
o quizás por estar loco.
Daniel Valdman.
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