tiñe la ensenada
cuando las olas revientan
contra las peñas ya mojadas
resistiendo el furor
de una mar sin calma.
Absorbidos por el paisaje
tu a mi abrazada,
con un poco de angustia
por la fuerza de las aguas
y la seguridad de tenernos
en la furia del invierno
que ya estamos pasando.
Estamos hipnotizados
ante tal movimiento
y más fuerte nos abrazamos
para mantenernos despiertos
dándole seguridad a los cuerpos
que están firmes y aferrados
compartiendo el mismo sentimiento.
Más te siento y más te amo
y una ola de pasión
acalora mis labios
para darte un beso frente al mar
que brama y golpea desesperado
como lo hace mi corazón
al tenerte entre mis brazos.
Daniel Valdman
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