fue porque vieron tus ojos
el dolor en mi alma.
No pude encubrirlo,
ni siquiera disfrazarlo.
Lo sentí como un torbellino
que me estaba ahogando
y no tuve más que compartirlo
con quién sino contigo
que conoces mi sentimiento.
La lágrima que cayó de tu rostro
fue a refugiarse
en la mitad de mi pecho
y me dolió tu dolor,
más fuerte que el mío
porque nos tocó a los dos
en esta circunstancia de la vida.
Recuéstate en mi hombro,
permíteme el abrazo.
Deja que te ame
como sabes que te amo
y volvamos a ser
los mismos enamorados.
Daniel Valdman
No hay comentarios:
Publicar un comentario