en cada palabra,
en la que dices,
en la que callas.
Cuando hablas
con los ojos
y me regalas
un beso con la mirada
o cuando sumisa
y entregada
apoyas la cabeza en mi pecho.
Siento tu caricia
cuando no me das nada
por no estar presente
y me llena tu ausencia.
Siento esa caricia
que no me dan tus manos
sino tu alma.
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